EL MUNDO RESPIRA ALIVIADO

ALVARO LODARES

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Las elecciones americanas han dado una alegría al mundo libre y a los que creemos en la libertad. No será fácil y Trump intentará poner todo tipo de obstáculos y dificultades, pero los contrapesos propios de la democracia liberal más importante del mundo, no permitirán que cumpla su propósito. Lo que está haciendo Trump y su tropa sabiendo ya que han perdido las elecciones, lo podría hacer perfectamente un personaje como Maduro.

Trump ha destrozado América, ha tirado a la basura todo lo que supone los EEUU de los Padres Fundadores, deja un país dividido y peleado. Si hay algo bueno de que un personaje como Trump haya surgido, es que lo ha hecho en los EEUU. País que como digo tiene unos contrapesos constitucionales que no permiten a un gobernante de estas características hacer todo lo que le gustaría. Trump en otro país sería lisa y llanamente un dictador.

Ha perdido las elecciones, lo sabe y está muy nervioso. Y no solo él, también toda su familia. Con Trump fuera de la Casa Blanca, para él y su familia se abre un horizonte judicial preocupante. Por eso intentará dar guerra y está tan indignado. Sabe que su situación fuera del poder, es muy complicada.

El gran responsable de que surgiera Trump y que también tiene un futuro muy complicado, se llama Partido Republicano. Al principio, cuando salió el personaje, a casi todo el mundo le hacía gracia. Solo un Republicano dijo con toda claridad y desde el minuto uno, que suponía Trump: un peligro para la democracia. Fue el viejo McCain, héroe de guerra, del cual se mofaba Trump. McCain dejó prohibido que Trump acudiera a su entierro. Como dijo el gran McCain “No necesitamos a nadie que haga América grande de nuevo. América nunca ha dejado de ser grande”. Al ya fallecido McCain no le hicieron caso, pero tenía toda la razón. El Partido Republicano tendrá que optar entre volver a ser lo que fue o quedarse en ser el Partido Trumpiano.

Sé que los Trumpistas (muy especialmente los españoles), sí, aunque sorprenda hay Trumpistas españoles, señores y señoras que se autodenominan liberales y que apoyan a un nacionalista, proteccionista, intervencionista, autárquico y autoritario. Los mismos que entre otras cosas dicen que el Señor Trump tiene el mérito de haber llevado como un tiro la economía americana y de no haber entrado en ninguna guerra. Ambas afirmaciones, o son tramposas, o son falsas, o ambas cosas a la vez. La economía americana se empezó a recuperar y a ir como un tiro, con Obama. El Presidente Obama heredó una economía absolutamente muerta y en bancarrota y la levantó. Además, redujo el paro en 6 puntos, Trump lo ha hecho en 1. Supongo que si Trump ha sido bueno según algunos para la economía, Obama es directamente un genio. Además, Trump ha tenido un sonoro fracaso comercial en su política. Sus metas cuando llegó al gobierno eran reducir los desequilibrios del comercio bilateral estadounidense, y eliminar o reducir las barreras y aranceles contra los productos estadounidenses, aumentando así las exportaciones del país. No ha cumplido ninguna de ellas. Los déficits comerciales bilaterales y general no se pueden solucionar mediante el proteccionismo y ambos indicadores han empeorado bajo la presidencia de Trump. El déficit comercial general de EEUU creció de 750.000 millones de dólares en 2016 a 864000 millones en 2019 y alcanza ahora su nivel más alto desde julio de 2008. Las exportaciones estadounidenses a China, el principal objetivo de la política comercial “America first” de Trump, solo crecieron el 1,8% hasta agosto de 2020, mientras que las exportaciones chinas a EEUU aumentaron un impresionante 20% elevando así el déficit comercial bilateral. Como siempre ocurre en las guerras comerciales, ambos países perdieron por los aumentos revanchistas de aranceles. Los consumidores estadounidenses ahora deben pagar más por muchos bienes chinos y EEUU tuvo que resarcir con aproximadamente 28000 millones de dólares con compensaciones a los agricultores estadounidenses. Numerosas empresas de EEUU se vieron obligadas a pagar más por sus bienes y, en consecuencia, perdieron participación en el mercado frente a competidores extranjeros que ahora tienen una ventaja en términos de costes. China aumentó sus propios aranceles de importación para los productos estadounidenses, afectando a las exportaciones de EEUU. De manera similar, se suponía que la renegociación por el gobierno de Trump del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA) y el Tratado de Libre Comercio entre Corea del Sur y EEUU (KORUS) corregiría “nuevos problemas” como el aumento de la economía digital. Sin embargo, esas cuestiones habían sido incluidas en el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) negociado por el gobierno Obama, que Trump abandonó inmediatamente al asumir el cargo. Con la firma de un acuerdo de libre comercio similar sin EEUU -el Tratado Integral y Progresivo de la Asociación Transpacífico (CPTPP)- los miembros restantes del acuerdo original disfrutan ahora del acceso sin aranceles a los mercados de los demás, mientras que EEUU debe pagar aranceles más elevados que ellos. Lejos de haber reducido las barreras frente a las exportaciones estadounidenses, Trump se las ingenió para incrementarlas en casi todos los casos. Con el TPP, los productores estadounidenses de trigo hubieran evitado la tarifa japonesa del 38% sobre todas las importaciones de ese cereal. Pero ahora que el TPP fue reemplazado por el CPTPP, los exportadores canadienses y australianos de trigo a Japón tienen menores aranceles que sus competidores estadounidenses. Para empeorar aún más las cosas para los productores de EEUU, Japón y la Unión Europea firmaron desde entonces un acuerdo de libre comercio que elimina las tarifas sobre los automóviles y otros productos. La lista continúa. Las tarifas generalizadas sobre las importaciones de acero y aluminio de EEUU (que incluían las provenientes de los socios comerciales del NAFTA) solo lograron poner en desventaja a las industrias estadounidenses que usan acero. Pero el empleo en los sectores del hierro y el acero cayó durante los últimos dos años. Aún cuando todos los aliados de EEUU padecieron las exigencias de cambios en las relaciones comerciales, se logró muy poco. Los cambios principales al NAFTA fueron para los automóviles y repuestos, y su efecto se limitó a aumentar la producción contra las importaciones de México. También y quizá como asunto más importante, Trump perjudicó gravemente a la OMC cuando bloqueó el nombramiento de nuevos jueces para su órgano de apelaciones, impidiendo el funcionamiento del mecanismo de resolución de disputas. La OMC es una institución mundial cuyos miembros representan el 96,4% del comercio mundial y el 96,7% del PIB mundial. El mundo necesita que funcione adecuadamente. Y esto también provocó un grave perjuicio a las empresas y hogares estadounidenses.

Trump, por otra parte, no ha tenido la necesidad de meterse en ninguna guerra. El Presidente que ya empezó a sacar tropas y llevárselas a su país fue también Obama. Así que ni en eso, tienen razón esos que alaban a Trump desde España.

Como digo, Trump afortunadamente -y aunque vaya a dar guerra como buen personaje totalitario que es- ha perdido las elecciones. El mundo libre respira aliviado. Mi más sentido pésame a los “Liberal-Trumpistas” españoles. Su caudillo ha perdido. Ahora tendrán que buscar a otro. Ánimo, si abogan por personajes que no reconozcan los procesos democráticos y las derrotas electorales, que miren a Venezuela. El nuevo caudillo de los “Liberales” españoles, podría ser perfectamente Maduro. Otros amantes de la libertad de verdad, celebramos que hoy ya esté claro que un populista y totalitario no seguirá al frente del gobierno de la democracia liberal más importante del mundo.

Álvaro Lodares (Economista). 

el mundo libre respira aliviado

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